En un mundo globalizado donde predomina el mercado a gran escala es
importante para las naciones el desarrollo pleno de sus potencialidades que
permita, a su población en general, tener cada vez más pleno nivel de vida con
el cubrimiento y/o solución a sus primeras necesidades como el acceso a un buen
servicio de salud, educación, e incluso, acceso y control de medios
tecnológicos y comunicativos que permitan una mayor comercialización de éstos
mismos bienes y servicios. Éste último, en el caso de Corea del Sur y Medio
Oriente, es capaz de marcar una brecha que separa a éstas naciones en materia
de desigualdad y desarrollo. Corea del Sur es una nación altamente desarrollada
con patrones tecnológico y gran apropiación de la población sobre los mismos
(cerca del 95% está en On-line la mayor parte del día, el uso de móviles es
mayor al 60% poblacional) permitiendo que más del 15% de los usuarios compren
On-line capacitándose constantemente y accediendo a nuevos y mejores bienes o
servicios. Por otra parte, Medio Oriente, tiene características tales como:
costos altos para el acceso a tecnología –la cual no es tan alta-, el acceso al
comercio electrónico es ínfimo (alrededor de un 2%) y los ciudadanos en su
mayoría, por patrones culturales como el regateo y el acceso a bienes con menor
calidad y menor costo, no permiten potenciar su comercio y, de paso, instaura
un estado de estancamiento y anti-democrático.
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